Tuesday, September 26, 2006

Una pecera en el Caribe


País con aroma a limón y guayaba. Orillas, costas y mareas te rodean, humedecen y nutren las raíces de tus ciudades y tus pueblos. La Habana, la bella Habana… de lo poco que conozco del mundo y sus femeninas ciudades, ésta, me ha enamorado, desde el primer día, o mejor dicho, desde nuestra primera noche. Cómo borrar de la memoria un atardecer en el Malecón, esa penumbra de la tarde Habanera, esa noche entre las callejuelas y esquinas de la Habana Vieja, más iluminadas por los surcos de luz que dejaron los pasos de Martí, de Guillén, Hemingway o el Che, mucho mas resplandecientes que el pobre alumbrado público. Bella, aun así, a pesar de estar con el rostro enfermizo, atada de manos, amarrada, bloqueada… pero este es tu precio por ser distinta, por ser revolucionaria, por ser independiente.

Hoy, ya nadie niega que gran parte de tus riquezas no caen del cielo ni brotan de tus tierras. Nadie niega a esa incipiente clase alta habanera, creada e incrementada por tener entre sus miembros a uno que otro gusano que saló el charco, y que gira los verdes con palomas o cigüeñas. Pues son solo noventa millas, son casi 145 kilómetros…todo o nada para darse con el salvador y verdugo.

La Habana, y por su puesto toda Cuba, hoy da la impresión de ser una pecera para el resto del mundo, una pecera en el Caribe. Una de esas cajitas de vidrio llenas de agua, peces exóticos perdiéndose entre ficticios castillitos y escafandras incrustados en fingida arena. Es también, más por los golpes desde fuera que por vieja, una pecera con las paredes de vidrio rajadas, a punto de quebrar, a punto de diluirse y perderse entre las aguas del mar en el cual está sumergida.

Debemos recordar que Cuba es un país que, diciéndolo crudamente, zanjó este difícil camino para dejar de ser un prostíbulo norteamericano, pero pasó, así como el tiempo, ahora a ser el burdel con más estrellas para el turismo europeo.
Aquí no quiero discutir los grandes avances de la revolución en todos los sentidos, tampoco las metidas de patas del crónico régimen. Pero hay que dejar claro que Cuba es una isla, y está bloqueada, y que estás dos características fueron-son-serán sus debilidad, como también su fuerza, su fibra y la médula espinal de su esencia revolucionaria, porque a la primera conclusión que uno llega, hablando, mirando, viviendo y disfrutando Cuba, es que terminado el bloqueo lo más probable es que se desmorona también el mismo sistema.

Una vez le preguntaron a Fidel si qué pensaba sobre la inminente muerte del socialismo, ya que como un simple ejemplo debería de darse cuenta de la gente que arriesga su vida y a veces la de toda su familia tratando de llegar a la otra orilla, intentando así escapar de la isla. El barbudo contestó diciendo: “Ah! entonces el capitalismo también está muerto, o qué me dices tú de los mexicanos que también arriesgan sus vidas tratando de atravesar el Río Bravo? Con mucho menos esperanzas de trabajo y con la posibilidad de ser un verdadero “blanco perfecto” para los francotiradores de frontera. Y a los cubanos? a los cubanos los reciben con los brazos abiertos, y tienen un sueldo auxiliar apenas tocan la Florida…”

Cuba, un pequeño y estrecho país, una isla, que todavía la historia no la absolvió, dejó de ser todo eso para ser un ideal, para ser una referencia en el imaginario colectivo mundial, pasó a ser de todos, y alguna vez… llegó hasta ser utopía.

Monday, September 25, 2006

Elixir de la vida


Debemos siempre tener en cuenta que la frase más correcta, bioquímicamente hablando y en contradicción analógica a la teoría mística del polvo, es que: “de agua somos y agua seremos”

El elixir de la vida no es ninguna bebida mágica, tampoco ningún trago celestial ni alquimista. El elixir de la vida es sangre de nadie y no necesita de copas ilustres para ser bebido, basta con las manos o simplemente abrirle la boca al cielo. Del elixir de la vida saboreamos todos, vertebrados y no, sin excepción, y pura, como cuando nos cae del cielo, o brota de entre las piedras, da más vida que Kuma.

Ya se divisan en nuestros horizontes históricos las guerras y arrebatos en su nombre, todo esto, simplemente para una parte de la humanidad que siempre se encargó de despilfarrarla. Ya se vislumbran su sed y sus muertos.

Aún así, con un futuro próximo incierto para los seres que la ostentan y que aún la disfrutan en toda la magnitud de sus beneficios, aún sí, sobre la faz de la tierra existen una gran multitud de hombres, mujeres y niños que en lo que va de su vida jamás la han visto clara, jamás la han bebido sana, nunca la han tomado pura. Érase antes -dicen los Pumé- cuando los abuelos de sus abuelos la bebían con sus propias manos a orillas del Cinaruco o del Capanaparo, era cuando eso… cuando aún daba vida. Ahora -y este es una “ahora” que puede abarcar siglos- la comunidad Pumé está condenada a sufrir endémicamente ciclos de gastroenteritis, diarreas, parasitismo, deshidrataciones, desnutrición y muerte, ciclos que cumplen todas sus fases biológicas tan estrictamente en cada uno de ellos como cualquier ciclo de Krebs o de Cori, hasta podríamos denominarlo como su propio “ciclo de la vida”, o de muerte, por qué no?.

El elixir de la vida es suyo tanto como es nuestro, pero hoy es más nuestra la responsabilidad de hacerla clara, sana y pura por que somos nosotros, criollos o Nivé -como nos llaman-, los que contaminamos sus cauces, intoxicamos y modificamos sus cuencas y cursos, somos nosotros los que arruinamos así todas las aguas superficiales, profundas y hasta atmosféricas. Somos nosotros los que creamos ese ciclo de muerte del cual ellos son víctimas.

Hoy 23 de setiembre del 2006 se ha hecho historia en El Manguito, una pequeña comunidad Pumé que pretende ser, con su clínica, escuelas productivas y hoy, con su nueva planta potabilizadora de agua, el enclave sanitario y de desarrollo autónomo, propio y de las distintas poblaciones que circunscriben su radio de influencia, incluyendo así a casi tres mil personas. Tres mil personas que nunca la han visto clara, porque quinientos años fueron dejados a oscuras. Tres mil personas que nunca la han bebido sana, porque hubo doscientos años de gobiernos que los ignoraron. Tres mil personas que jamán la han bebido pura, porque millones de hectáreas y recursos que son suyos, hoy los criollos y sus vacas se los rumian.

Hoy el pueblo Pumé, conciente hasta cosmológicamente de su nuevo periodo de vida y renovación, pueden decir a través de estas líneas, por incluirlos, por escucharlos, por comprenderlos y por tomar conciencia de que también existen: Gracias!!! Gracias Revolución Bolivariana! Gracias Chávez! Se empieza el nuevo Ciclo de Vida.